Es hora de resumir las hostias que el mundo te ha dado a lo largo de tu vida, de asumir que no hay calculo posible para saber cuantas mujeres han pasado por tu colchón y mucho mas difícil de calcular es cuantas quedan por pasar, cada mañana lavas tu piel con agua y jabón pero eso no te hace sentir mejor y es de lo mas normal, es normal pues eres un desgraciado sin dignidad. Siempre con los dados en tu contra, tiras al encontrarte en una decisión totalmente opuesta, donde el azar siempre te vende al mal y se guardaba el bien para él. Nunca encuentras gloria tras las esquinas de la vida, no aprendes a percatarte de que esto ya no es literatura, pobre ángel que perdió la fe y por ello agonizante muere sobre el charco de lodo que el mismo emana por su boca.
Te agarras con fuerza de mi mano pidiendo ayuda, no te has dado cuenta de que ambos somos tan solo dos perros abandonados que perdimos el control hace mucho ya.
No haces mas que vagar por los bares a refugio del alcohol intentando no sumirte en la locura, intentas controlar la situación siendo ella la que te manipula a su antojo. El circo ha terminado su función, puedes guardar ya tu disfraz de payaso y recoger tu amor propio hasta el mañana. Otra noche mas tu querrás soñar pero la mas cruel soledad no se cura con cerveza ni cocaína, se que suena duro pero esta es tu vida, la que labraste con insensatez y descontrol. Y querrás volver para deshacer lo hecho pero el pasado ya sellado permanecerá intocable, inquebrantable…
Siempre me diste pena pequeño perdedor.
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