Aunque nigues lo evidente, le chupaste el culo hasta tener algo nuevo y seguirás haciendolo en silencio y anonimato. Albergaste una esperanza eterna que no sabemos si aún existe en ti. No importa cuanto pase ni a que velocidad pase, tus sentimientos afloran al verle. En un espectáculo del cabarette más original, él es tu estrella. Puede apoyar el movimiento nazi, puede negar tu dignidad, de hecho ya lo ha hecho y tu sigues guardandole tu mejor sonrisa.
En esta historia yo soy el parche, el que te da luz mientras no llegan los fuegos artificiales, el que te deja el abrigo cuando hace frio o el que te abraza si tienes miedo, pero ahora todos sabemos que el día que tu idealizado amiguito decida volver a utilizarte no te diferenciarás demasiado con el uso de pañuelo de papel, usar y tirar.
1 comentario:
me gusta mucho el texto, es totalmente cierto,verdades como puños, puñetazos en el estómago. pero ¿quién no ha sido nunca un pañuelo de papel que al final termina lleno de mocos de tu querida estrella y aplastado en mitad de la calzada por voces ajenas y extrañas?
de todo se aprende,y la etapa kleenex no ha de quedarse en más que eso: una etapa.a partir de ahí no queda más que aprender lo que quieres y lo que NO quieres. porque si no lo haces,serás un pañuelo toda tu maldita vida,cuya rutina no consistirá en más que acudir a cabarets y bares de carretera para quemar vasos de alcohol y desprenderte de tu último trozo de piel que aún contenía dignidad a manos de alguien que piensa en la lista de la compra mientras te miente un te quiero para abrirte de piernas.
y por cierto esa foto es de 'Cabaret' película que has de ver en mi compañía porque ya sabes lo que nos gustan las películas de cabaret...
toma comentario de tropecientas líneas, para que luego te quejes^^
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